lunes, 4 de abril de 2011

Más confusión a lo confuso

“Todos aquellos que por riqueza, educación, inteligencia o astucia tienen aptitud para dirigir una comunidad de hombres y la oportunidad de hacerlo -en otras palabras, todos los clanes de la clase dirigente- tienen que inclinarse ante el sufragio universal una vez que este ha sido instituido y, también, si la ocasión lo permite, defraudarlo”
Gaetano Mosca (1895) en: “elementos de ciencia política”

Francisco Velasco Zapata
Todos sabemos que de una u otra manera los caminos que llevan al 2012 –elecciones federales de presidencia de la república y del congreso de la unión- pasan por la prueba electoral del Estado de México.  Para algunos es la etapa en donde se consolidarían los escenarios para detentar el poder que da gobernar una entidad que vale electoralmente el equivalente a diez entidades federativas sólo en su región del Valle de México.
Algunos partidos, sin embargo, escogieron resolver en la entidad el conflicto interno por su candidatura presidencial, en lugar de preocuparse por ganar la elección. Lo que se ve es un gran desprecio de los fuereños del estado de México por lo que verdaderamente ocurre y le pasa al estado de México y a sus ciudadanos. No les importa la miseria en que viven millones de compatriotas de la zona oriente o de las regiones rurales más atrasadas. Lo único que les ocupa son sus intereses propios y egoístas.
Por ejemplo, el Peje decidió convertir la contienda electoral en el punto de definición de la lucha por la hegemonía en la izquierda política no importándole que para ganar el 2012, él mismo requiere del 2011, del estado de México. Se volvió un incendiario desquiciado. Lo único que está ganando para su partido y fieles seguidores es competir por el segundo lugar en la elección del estado, puede que hasta quede en el tercero. Su único propósito es polarizar a las izquierdas para ganar la candidatura presidencial a Ebrard, no importándole si para ello debilita a su partido y a él mismo. Para desgracia de sus seguidores se volvió un profesional de las derrotas. Además, pareciera que ya tiró la toalla de la elección presidencial y su lucha sólo le servirá para tratar de superar a “los chuchos” y, en el mejor de los casos, volver a competir en el 2018. De otra manera, no tendría lógica porque ayuda tanto al partido que lleva más de 20 puntos de ventaja en las encuestas para ganar la elección de gobernador y a que esa organización mantenga para un grupo político especifico el control del gobierno mexiquense y la principal fuente de votos del PRI. Si no se confundiesen los deseos con la realidad y se hiciera un análisis electoral racional se vería matemáticamente la imposibilidad de que la elección de tercios favorezca al PAN o PRD.
Si efectivamente la alianza se cayera, el ganador se sabría de antemano, lo cual, evidenciaría lo pre democrático de la elección. El Peje tendría casi en la bolsa la candidatura presidencial pero para perder por segunda vez consecutiva. Sin embargo, y a pesar de las dificultades, la alianza no está cancelada. La Consulta cumplió su objetivo. Más de 230 votos por casilla es una estupenda participación y el resultado fue contundente a favor del “Sí”. Por eso resulta ignaro que los adversarios de la alianza utilicen la correlación con el padrón electoral con el que durante mucho tiempo los gobiernos priístas descalificaban las consultas ciudadanas, como la del plebiscito para hacer del DF el estado 32 en 1993, o la del FOBAPROA en 1998, máxime cuando los 230 mil votantes son muchos más de los que nombraron al Peje presidente legítimo y no se diga con los que en el Hemiciclo a Juárez asumieron la reencarnación de “el pueblo” para rechazar la reforma energética. Es mucho más votación que el 2% de la “votación válida emitida” que ha requerido un partido político en el Estado de México para mantener su registro en las elecciones de los últimos veinte años donde con menos de cincuenta mil votos lograban esta meta. Además, la consulta no fue diseñada para dar gusto a los adversarios de la alianza. Se trató de una consulta en la que, desde el origen, no cabían más de medio millón de votantes porque no se trataba de una elección equivalente a la constitucional, sino de una consulta ciudadana y a los militantes de dos partidos.
El no asumir los resultados de una consulta que uno mismo convoca si sería muy lamentable y pésimo precedente para la democracia. Parece que así lo valorará también una clara mayoría en el Consejo Estatal del PRD en el Estado de México y una mayoría calificada suficiente en el Consejo Nacional de ese partido. Por ello, la alianza sigue viva y esta semana será definitoria.
La dificultad de la alianza es el candidato. El idóneo, dadas las circunstancias, ya no podría ser del PRD ni del PAN, por lo cual estamos ante la lógica del famoso tercero en discordia, alguien que no siendo del PAN o del PRD sea capaz de representarlos y competir seriamente por la gubernatura. Ese alguien no puede ser cualquiera. Tiene que ser alguien emergido del PRI y, además, que sea del Valle de México. Además, después de ganar la contienda electoral, tendrá que ser un excelente gobernador para todos los mexiquenses y tendrá que probarlo inicialmente frente a un entramado institucional saturado de viejos actores del régimen actual. ¿Y usted, cómo la ve? Politólogo. Miembro del Consejo Nacional de Operación de Parlamento Ciudadano de México.
Agradezco sus comentarios en Twitter: @parlamentariofv




--
La Unión de Periodistas Democráticos te agradece tu participación y te invita a seguir en el trabajo por hacer del periodismo herramienta de la democracia

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si tienes cuenta en Yahoo, este grupo te conviene. Sólo anota tu correo

Suscribirse a poderparalagente

Patrocinado por mx.groups.yahoo.com

Estadística alternativa

="">

Comunidad de Amigos